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Recordando al Bugatti EB110: El gran olvidado

Recordando al Bugatti EB110: El gran olvidado

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La historia del automóvil esta plagada de coches increíbles que, por una razón o por otra, no obtuvieron el reconocimiento que merecían. Máquinas que estaban destinadas a dejar huella y que al final pasaron sin pena ni gloria. Es el caso del coche que nos va a acompañar en el artículo de hoy: el Bugatti EB110, un superdeportivo llamado a marcar una época que por desgracia nació en un momento poco adecuado.

La historia del Bugatti EB110

Bugatti-EB110-GT

Durante los años previos a la primera guerra mundial, Bugatti fue una de las marcas más reconocidas del mundo por la deportividad y el diseño de sus coches. Tal fue el éxito de la compañía francesa que algunos de los modelos fabricados en aquella época son piezas muy codiciadas hoy día. Pero eso cambió en 1939, tras la muerte de Jean Bugatti –hijo de Ettore, fundador de la compañía– y la explosión de la guerra que desoló Europa y que llevó a la firma a la ruina después de perder su fábrica de Molsheim. El fin definitivo de la marca llegó en 1962, después de que esta desapareciera tras intentar varias veces resurgir de sus cenizas.

Bugatti quedó en el olvido a lo largo de muchos años, pero en 1987 el empresario italiano Romano Artioli decide comprar los derechos de explotación de la marca Bugatti. Su objetivo no era otro que devolver a la compañía a sus años dorados y esto pasaba por crear y producir un espectacular superdeportivo que impresionase al mundo entero. Sin duda era un proyecto complicado, pero si hay algo que nos caracteriza a los «petrolhead» es que hacemos lo que sea con tal de disfrutar de esta pasión –y Artioli era uno de los buenos–.

Bugatti-EB110-SS-Amarillo
Bugatti EB110 Super Sport

Así, nuestro querido amigo del país de la bota trasladó la sede de la compañía a Italia, concretamente a Campogalliano, un pequeño municipio de la región de la Emilia Romagna. Un sitio muy bien escogido, ya que esta zona es conocida como la «comarca del superdeportivo» por concentrar a marcas como Ferrari, Maserati o Lamborghini. Aquí se construyó la fábrica que produciría los futuros coches de Bugatti –que se consideró toda una referencia en cuanto a tecnología y diseño– y se contrató a los mejores ingenieros de la zona. No faltaron esfuerzos para hacer realidad el gran sueño de crear un coche para el recuerdo.

En 1989, comienza oficialmente el desarrollo del Bugatti EB110. ¿Que por qué EB110? Tan sencillo como que es la combinación de las iniciales de Ettore Bugatti y el número que representa el 110 aniversario de su nacimiento en 1881 –el coche se presentó en 1991–. Pero además de un nombre que mola, nuestro protagonista tenía un equipo de desarrollo brutal, compuesto por las siguientes personalidades: Marcello Gandiani (diseñador del Lamborghini Miura, Diablo y Countach), Paolo Stanzani (exingenierio de Lamborghini) y Nicola Materazzi (que había estado detrás del desarrollo del Ferrari F40, el Ferrari 288 y el Lancia Stratos). El Dream Team de Cruyff se queda corto al lado de esto.

Bugatti EB110 GT Proto Paris 1991

Después de dos años de trabajo, el Bugatti EB110 GT ve la luz el 15 de Septiembre de 1991. Fue un verdadero espectáculo con más de 2000 invitados que acompañaron a las tres unidades del nuevo superdeportivo en el recorrido que realizaron cruzando los Campos Elíseos de París. Y no era para menos, porque las máquinas de cuatro ruedas que cruzaron la capital francesa eran verdaderas obras de ingeniería y del diseño de automoción. Y para verlo, hagamos un repaso de las características del EB110.

El EB110 era una verdadera joya de la automoción

Chasis-EB110

En primer lugar, fue el primer coche en utilizar un chasis monocasco de fibra de carbono. Las versiones iniciales utilizaban uno de aluminio, pero perdían rigidez. Los responsables del proyecto contrataron así a la compañía aerospacial gala Aerospatiale –un nombre original, todo hay que decirlo– para diseñar la nueva estructura, obteniendo un monobloque que pesaba solo 125 kg. En la carrocería también se utilizaron materiales ligeros, como aluminio, fibra de carbono y fibra de plástico.

El segundo lugar estaba, cómo no, el motor. El «Ettore Bugatti 110» equipaba un motor V12 de 3.5 litros, cuatro turbos y cinco válvulas por cilindro que podía llegar a trabajar a 8250 RPM. Las potencias que ofrecía esta unidad oscilaban entre 560 cv y 611 cv, cifras especialmente elevadas para la época, así que se optó por instalar un sistema de tracción integral  con diferencial de deslizamiento limitado y un reparto de par 27/73. Ah, y la transmisión era manual de seis velocidades. Oh là là.

Motor-V12-Bugatti-EB110

Pero no todo se reducía a un buen chasis y un buen motor. De esos ya había unos pocos. La diferencia de este «supercar» radicaba en que su desarrollo estaba muy alejado del resto de deportivos del momento. Se hicieron, por ejemplo, pruebas con frenos de disco carbo-cerámicos –aunque al final se instalaron de acero ventilados de alto rendimiento–. También se barajó la posibilidad de instalar una suspensión hidroneumática y se probaron los prototipos en los lugares más recónditos del planeta. Incluso los neumáticos destacaban, ya que Michelin desarrolló unos específicos para este coche que empleaban un aceite especial para mejorar el agarre. El resultado de todo esto fue una máquina casi perfecta que pasaba de 0 a 100 en 3,5 segundos y alcanzaba a los 342 km/h.

La versión normal vino acompañada del Bugatti EB110 SS (Super Sport), por si a alguien le sabía a poco el modelo básico. Esta contaba con más fibra de carbono en la carrocería, para reducir el peso hasta los 1.418 kg (unos 150 kg menos que el GT), y el motor se había potenciado hasta los 611 cv. También se incorporaron varios elementos aerodinámicos, como el alerón trasero fijo y se eliminaron otros para reducir peso, como el aire acondicionado.

Bugatti-EB110-Super-Sport

Tanto el GT como el SS recibieron excepcionales críticas por parte de la prensa especializada por su rendimiento, su diseño y su interior, que era sencillo pero empleaba materiales de calidad. ¿Y cuánto costaba llevarse todo esto a casa empaquetado para regalo? Unos $350.000, lo que no está nada mal para tratarse de los años noventa.

Al principio del artículo os contaba que el EB110 fue uno de esos coches que pasó al olvido a pesar de que tenía potencial para ser recordado. Hasta ahora, parece que esta bestia de cuatro ruedas no tenía defecto alguno y atesoraba todo lo necesario para triunfar, así que habrá quién se pregunte qué salió mal. Pues lo que suele salir mal en estos proyectos: que te quedas sin dinero antes de tiempo o que llega la competencia y te come la tostada. En este caso fueron las dos.

Y entonces llegó Mclaren

Mclaren-F1-1994

En 1994, Mclaren lanza al mercado uno de esos coches que sí quedan grabados a fuego en la memoria de los fanáticos de los coches: el Mclaren F1. Un V12 de 626 cv que enamoró a todos y que pasó por encima del EB110. Todo el mundo se olvidó del Bugatti, que quedó relegado un segundo plano. Por si esto fuera poco, el mundo entró en recesión en aquel momento, lo que redujo considerablemente las ventas de supercoches. Aún peor fue el hecho de que el «rescatador» de la compañía (Artioli) invirtiese en Lotus, ya que una decisión que le llevó a una situación financiera muy frágil en la que no podía hacer frente a sus deudas. El principio del fin.

La situación de Bugatti se tornó muy complicada. Los inversores empezaron a ponerse nerviosos por la bajada de las ventas y poco tiempo después la empresa se declaró en bancarrota. Lo llamativo es que las pérdidas eran solo de 57 millones de euros, que no es una cifra demasiado elevada teniendo en cuenta las que suelen manejarse en este sector. Además, tanto el EB110 GT como el SS habían obtenido la homologación para Estados Unidos y ya tenían pedidos e incluso la nueva berlina EB112 que llevaba en desarrollo desde 1993 tenía reservas. Pero esto no fue suficiente y tras varios intentos fallidos de rescate, la fábrica de Bugatti Automobili cerró finalmente sus puertas en 1995 con 96 EB110 GT y 32 EB110 Super Sport vendidos.

Bugatti EB110, Bugatti Chiron y Bugatti Veyron

Afortunadamente, el fin de esta increíble marca francesa no llegó entonces, ya que en 1997 el grupo Volkswagen se hizo con los derechos de marca. Y esta vez la cosa terminó bien, porque hoy en día es una compañía muy reconocida a nivel mundial, pionera en tecnología y diseño. En cuanto al EB110, aunque sigue siendo algo desconocido, se trata de una pieza de coleccionista muy valorada que ha alcanzado precios de 2.000.000 € en subasta. Quizá no ha recibido todo el respeto que merece (al menos por parte del aficionado, ya que la compañía lanzó en 2019 un modelo llamado Cientodieci en su honor), pero a él tenemos que agradecerle que hoy en día existan máquinas como el Bugatti Veyron o el Chiron. Así que, como mínimo, esperamos que estas líneas ayuden a guardar en pequeño espacio en nuestra mente para esta fantástica máquina.

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