También conocido como «supercargador», «supercharger» o «supercompresor», el compresor volumétrico es, junto al turbo, uno de los sistemas de sobrealimentación más utilizados en los automóviles. Es probable que hayas visto más de uno instalado en el motor de algún muscle car americano, ya que es un sistema que gusta más que el turbo compresor pero… ¿Sabes cómo funciona?
Antes de empezar con la explicación, vamos a comentar brevemente la historia de este sistema de sobrealimentación para comprender mejor su origen y su funcionamiento. La utilización de los compresores comenzó entre mediados y finales del siglo XIX, cuando varios fabricantes de automóviles comenzaron a instalar en los motores de sus coches bombas de aire que se utilizaban con fines industriales. ¿Que qué es una bomba de aire? Es una máquina de fluido de desplazamiento que permite variar la densidad del fluido (el aire) al variar la presión del mismo.
A diferencia del turbo, el funcionamiento del compresor volumétrico está ligado a la propia mecánica del vehículo, ya que se acciona a través de correas o cadenas conectadas al cigüeñal. Por tanto, es el propio giro del motor el que permite que el compresor funcione a través de la distribución. Una vez entendido esto, vayamos al funcionamiento interno de este componente. Como existen diferentes tipos de compresores volumétricos, vamos a centrarnos en el que es conocido como tipo Roots , ya que es el más popular y el más utilizado, además de ser el primero que se instaló en los motores de combustión.
Un compresor tipo Roots se compone, principalmente, de dos rotores idénticos engranados entre sí que giran a la misma velocidad, pero en sentidos opuestos. Estos rotores están situados dentro de una carcasa, lo que implica que se generen bolsas de aire en los huecos formados por esta y los propios rotores. Las bolsas de aire se desplazan hacia la salida del compresor y salen a presión. Al igual que ocurre en el resto de sistemas de sobrealimentación, el aire comprimido se calienta, por lo que es muy habitual que tras el compresor se ubique un intercooler que permita enfriar el aire de nuevo.
Como ya hemos comentado antes, existen otros tipos de compresores que se diferencian esencialmente por el número de rotores, de lóbulos y la forma de estos, aunque el funcionamiento no deja de ser muy similar al de tipo Roots. Tenemos, por ejemplo, el compresor volumétrico utilizado en los motores TSI de Volkswagen. El principio es el mismo y la diferencia radica en la capacidad de este compresor de mantener el giro durante el cambio de marchas. Por otro lado, está el compresor Twin-Screw o Lysholm. Aquí los lóbulos tienen formas distintas y encajan a la perfección entre sí, además de tener una forma cónica, lo que reduce progresivamente los huecos por los que circula el aire. Este sistema es el utilizado por Mercedes en sus modelos «Kompressor», como el Mercedes SLK o el Mercedes CLK.
El compresor volumétrico es una opción interesante a la hora de obtener mejor rendimiento de un motor. El aumento de potencia del motor que se obtiene instalando este tipo de sistemas es bastante considerable, además de no presentar en absoluto el famoso lag generado por los turbo compresores. Es la alternativa ideal para aquellos que buscan más potencia desde un régimen de revoluciones más bajo y de forma más lineal.
