A pesar de ser dos modalidades en las que se compite con monoplazas, la F1 y la IndyCar son muy distintas en lo que a mecánica y normativas se refiere. Las comparaciones suelen ser odiosas, pero dada la creciente expectación que está generando la competición nacida en Estados Unidos –en gran medida debido al coqueteo reciente de Fernando Alonso con este campeonato– resulta interesante hacer un pequeño análisis comparativo de dos categorías que están destinadas a competir por espectadores en los próximos años. Así que aquí tenemos las principales diferencias y similitudes de la Formula 1 y la IndyCar.
Chasis
Una de las diferencias más llamativas entre las dos competiciones está relacionada con el chasis de los monoplazas. En F1, cada escudería diseña y desarrolla su propio chasis libremente, aunque respetando siempre la normativa establecida. Esto permite a los equipos apostar por innovaciones técnicas con la intención de diferenciarse de sus competidores y generar así una ventaja competitiva. Por tanto, la diversidad en cuanto a la estructura es una de las principales características de la categoría reina de la FIA, a pesar de que todos los coches utilizan chasis monocasco de fibra de carbono.
Por otro lado, la Indy es totalmente distinta. En esta categoría todos los vehículos participantes comparten el mismo chasis, que está suministrado por un mismo proveedor (en este caso la compañía italiana Dallara Automobili). Se trata de un chasis monocasco fabricado en fibra de carbono, kevlar y otros materiales compuestos que contiene la cabina, el tanque de combustible, la suspensión delantera, parte de la transmisión y la suspensión trasera. A pesar de todo, sí que existen –desde el año 2015– variaciones del chasis, aunque estas no dependen de la escudería en cuestión, sino del tipo de circuito. Así, podemos encontrar un kit específico para los conocidos circuitos ovales, que se caracteriza por tener una baja carga aerodinámica, lo que permite alcanzar la velocidad máxima. Por otro lado, está el kit preparado par circuitos «estándar» y urbanos, con mayor carga aerodinámica para optimizar el paso por curva.
Las diferencias entre las dos competiciones son notables en este aspecto, aunque no quedan únicamente ahí, ya que también se dan en lo relacionado a las dimensiones de los monoplazas (aunque son menos notables). En primer lugar, tenemos que el peso de los autos de la IndyCar es de 734,81 kg para las pruebas en circuitos/circuitos urbanos y de 721,21 kg en los speedway (circuitos ovales), todo esto sin incluir el peso del combustible ni el del conductor (además de otros como el tanque de bebida). En Formula 1, el peso mínimo es de 728 kg incluyendo el piloto y excluyendo el combustible.
Si hablamos de las dimensiones del vehículo, los automóviles del campeonato americano de monoplazas miden cerca de 5,12 metros de largo, entre 1,94 y 1,91 metros de ancho (1,92 en caso de los speedway) y 1,06 metros de alto. En la F1, las medidas respectivas son: cerca de 5 metros de longitud, 2 metros de anchura y 0,95 metros de altura.
Motor
En la Fórmula 1, existen cuatro fabricantes de motores que, además de suministrar a sus propios equipos, también proveen al resto de escuderías. Las marcas en cuestión son Renault, Honda, Ferrari y Mercedes. Aquí todos los motores de los corredores son V6 híbridos de 1.6 litros turboalimentados y limitados a 15.000 rpm. La potencia que desarrollan es de 750 cv, aunque alcanzan los 900 cv con la utilización del sistema de recuperación de energía (ERS). La aceleración y la velocidad máxima suelen variar en función del circuito, aunque suelen situarse entre 2,1 y 2,7 segundos en el primer caso y entre 360 y 370 km/h en el segundo.
La Indycar también está especialmente igualada en lo relacionado a la motorización de los coches de carreras. En esta categoría, los únicos fabricantes que proporcionan motores a los equipos son Honda y Chevrolet. La tipología también está unificada para todos los competidores, ya que todos equipan V6 Twin-Turbo de 2.2 litros, que en este caso desarrollan potencias que oscilan entre los 500 y los 770 cv (dependiendo del tipo de circuito). Al igual que en el Campeonato mundial de F1 de la FIA, las revoluciones por minuto del motor están limitadas, siendo el limite de esta modalidad de 12.000 rpm. Por último, las prestaciones de coches del campeonato americano no difieren en exceso de los de la Fórmula 1, ya que la velocidad máxima se sitúa entre los 378 km/h y los 386 km/h y pasan de 0 a 100 km/h en 3 segundos.
Volante
A lo largo de los años el volante ha ido adquiriendo cada vez más importancia en los deportes de motor. Ha pasado de utilizarse únicamente para dirigir el coche a ofrecer más de una quincena de funcionalidades. Los volantes de F1, de hecho, ofrecen cerca de 24 funcionalidades diferentes a los pilotos, repartidas entre botones, pantallas y ruletas. Como el funcionamiento de los mandos de un Fórmula 1 es un tanto compleja, vamos a enumerar algunas de las opciones que ofrece. Por ejemplo, hay un botón que permite ajustar el par en la frenada, otro que activa el limitador de velocidad en el pit lane, otro que apaga los controles que fallan, otro que ofrece posibilidades de control sobre el diferencial… La lista es inmensa.
Como en el resto de aspectos, en la IndyCar Series no han querido complicarse en exceso la vida y por esa razón los volantes son algo más básicos que en el caso anterior. Eso no quiere decir que sean sencillos, ni mucho menos, pero sí que concentran funciones menos complejas que ofrecen la información más imprescindible para el piloto y nada más. En este caso, los botones dan acceso a opciones como la marcha atrás, el limitador de velocidad del pit-lane o la información del motor. Si quieres saber con más detalles y precisión para que sirve cada cosa, aquí te dejamos el link a la página de Mclaren dónde se ofrece toda la información sobre los volantes que podéis ver en la imagen de aquí arriba.
Carrocería
La carrocería de los coches de ambas categorías resulta bastante similar a primera vista, dado que se trata de monoplazas en ambos casos, pero la realidad es muy distinta. Por establecer un punto de partida, destacamos que la propia «forma» del coches es diferente. En Fórmula 1, la parte delantera del vehículo es más ancha que la trasera, debido a que la refrigeración del motor es especialmente importante. Los automóviles de la Indy, en cambio, tienen la parte delantera más estrecha que la trasera, algo provocado principalmente porque el chasis cubre el neumático por encima (están carenados), para eliminar la resistencia aerodinámica de las ruedas.
Un aspecto que es también bastante diferencial de ambas competiciones es la configuración de los alerones delanteros y traseros. Por lo general, el alerón delantero de los coches de carreras de la prueba de la FIA resulta más complejo y sofisticado que los que se utilizan en el campeonato estadounidense. Este se caracteriza por presentar muchos flaps y deflectores para aumentar la carga aerodinámica y reducir la resistencia que ejerce el flujo de aire en las ruedas delanteras.
En la prueba americana se utilizan, como en el resto de casos, dos alerones diferentes en función de si se trata de un speedway o un circuito al uso. En el primer caso, el alerón es especialmente sencillo, ya que la carga necesaria es mucho menor. Por otro lado, en los circuitos estándar, la carga aerodinámica necesaria es mayor debido a la mayor complejidad de la curvas, por lo que el diseño también se caracteriza por la presencia de tres flaps y un deflector. Eso sí, la forma sigue siendo diferente a la de los alerones del Gran Circo, ya que en este caso es recto y no con forma de flecha.
Por último, otro elemento que diferencia en gran medida los coches de competición de las dos modalidades es el alerón trasero. El ala posterior de un F1 es cóncavo y simétrico por ambos lados, además de más estrecho por lo general que el que utilizan los yanquis. De todos modos, esta estructura no siempre es idéntica, ya que se suele jugar con los diferentes ángulos en función de las necesidades. Al otro lado de la calle tenemos el alerón de la Indy, que se caracteriza por ser ancho y recto y por equipar, en función de la carrera, unas cajas laterales para mejorar la carga aerodinámica.
Estructura del Campeonato
La estructura del Campeonato Mundial de la Fórmula 1 es bien conocida, pero de todos modos vamos a recordarla para poder compararla frente a la IndyCar. Cada carrera de F1 se denomica Gran Premio y la gran mayoría se desarrolla en circuitos tipo autódromo, aunque también existen circuitos callejeros. En cada temporada hay cerca de veinte carreras que se desarrollan por todo el mundo y la «liga» se divide en dos campeonatos: uno de pilotos y otro de constructores. El sistema de puntuación se desarrolla de la siguiente manera: el primero se lleva 25 puntos, el segundo 18, el tercero 15 y el cuarto 12 y a partir de ahí 3 puntos menos cada vez que se descienda una posición, hasta el noveno y el décimo que se llevan 2 y 1 respectivamente.
Las IndyCar series, como ya habréis podido intuir por los apartados anteriores, posee diferentes tipologías de circuito. Hay circuitos autódromos, circuitos urbanos y circuitos tipo óvalo. En cada temporada hay cerca de 16 carreras que se desarrollan principalmente en Estados Unidos, aunque algunas tienen lugar en países como Australia o Canada. El sistema de puntuación es diferente al de la F1, ya que el primero recibe 50 puntos, el segundo 40, el tercero 35 y a partir del cuarto, que recibe 32, se reducen dos puntos por posición. Los últimos ocho (de treinta y tres) reciben 5 puntos.
Para finalizar, uno de los aspectos más llamativos del Campeonato Americano de Monoplazas es la presencia de las 500 millas de Indianápolis. Esta prueba es, posiblemente, uno de los mayores atractivos de esta modalidad y es prácticamente un evento nacional. Treinta y tres son los pilotos que se congregan alrededor del óvalo de la ciudad de Indianápolis para hacerse con la victoria en la prueba más importante de la temporada, ya que se pueden obtener el doble de puntos por posición.
Normativas y regulaciones
La Fórmula 1 es un deporte que destaca por tener una gran cantidad de normativas y regulaciones. La gran mayoría son de caracter técnico, y están relacionadas con aspectos que hemos comentados en puntos anteriores (chasis, medidas del vehículo), además de con otros componentes como la caja de cambios (que tiene que durar 6 GP, sino se sanciona al piloto) o los sitemas electrónicos. También existen reglas relacionadas con la dimensión de los neumáticos o el reabastecimiento de combustible (que no está permitido durante la carrera en F1).
En la Indy ocurre algo muy parecido al caso anterior, ya que prácticamente todas las reglas giran en torno a las especificaciones de los coches que compiten. De todos modos, al ser automóviles a priori más «sencillos», la cantidad de normativas establecidas es menor. Por mencionar una diferencia respecto a la F1 y por no detenernos en exceso en este punto, destacamos que en la competición americana sí está permitido el repostaje.
Como habréis podido observar, a pesar de que poseen estructura similares, la conclusión que sacamos de esta comparativa de la F1 vs IndyCar es que son dos categorías totalmente distintas. En el » Gran Circo», cada vez son más importante las innovaciones técnicas, la ingeniería y las regulaciones. Y esto probablemente esté reduciendo poco a poco el interés de la competición, ya que las diferencias entre equipos son muchas veces abismales. Aquí el coche lo es todo.
En el Campeonato Americano de Monoplazas, en cambio, parece que la igualdad es el principal ingrediente, por lo que es más probable que los pilotos tengan más posibilidades de demostrar su habilidades. Además, la diversidad de circuitos y el hecho de que están expandiéndose internacionalmente podría convertir a la Indy en un fuerte rival de la Fórmula 1. ¿Que cuál es mejor? Ahí cada uno tiene que establecer qué valora más en esta clase de competiciones. Eso sí, la diversidad de campeonatos nunca hace daño así que aquí, los que ganamos, somos los aficionados.