Importar un coche es una alternativa que muchos de nosotros barajamos a la hora de adquirir un nuevo vehículo. Existen varias razones por las cuales uno se plantea esta opción, como por ejemplo el hecho de que el automóvil en cuestión no se encuentre disponible en el mercado local o, simplemente, una cuestión de precios. Sea cual sea la razón, hay un hecho que se debe tener en cuenta: importar un coche no es tarea fácil. La cantidad de trámites que hay que realizar requiere de mucha paciencia y puede suponer un verdadero quebradero de cabeza. Pero no desesperéis, ya que si se realiza todo de manera correcta se puede agilizar mucho el proceso.
Elegir el coche
El primer paso a la hora de importar un coche es, claro está, decidir qué vehículo queremos adquirir, ya que es importante tener muy claro qué es lo que estamos buscando. Una vez hecho esto, comienza el «trabajo de campo». Es importante realizar un búsqueda muy exhaustiva acerca del automóvil que hemos escogido, con el objetivo de tener más o menos claro que cumple todos nuestros requisitos. No queremos llevarnos una sorpresa cuando vayamos a probarlo, ¿no?
Elegir el mercado al que queremos dirigir la búsqueda también es importante, ya que no es lo mismo traer el auto desde Alemania, Japón o Estados Unidos. En el que caso de que te decantes por esta última opción, puedes consultar nuestra lista «5 coches que importaría de Estados Unidos» con algunas de las opciones más interesantes del mercado norteamericano.
Después de encontrar el coche idóneo y localizarlo geográficamente, es hora de verlo y probarlo. Y es por esta razón por la que tenéis que tener muy claro que lo queréis comprar y las condiciones en las que se encuentra. Gastarse una cantidad elevada de dinero para viajar a la otra punta del mundo con el objetivo de probar un coche es algo arriesgado, pero comprar un automóvil sin probarlo antes lo es aún más. Es cierto que existen varias empresas que se dedican a la importación de coches y que realizan todos los trámites por ti, pero insistimos en que es mejor ver y probar las cosas uno mismo.
Comprar el coche
Tras finalizar el proceso de prueba, en el que hemos investigado a fondo el vehículo y preguntado todo lo necesario, llega el momento de formalizar la compra. En esta fase tenemos que acordar con el vendedor las condiciones de compra, el precio, el transporte etc. Es recomendable que todo quede escrito en un contrato de compra venta en el que figuren los datos de ambas partes. Siempre es mejor cubrirse las espaldas, por si acaso.
El siguiente paso una vez realizada la operación, es que el vendedor dé de baja el vehículo. Para a ello, tendrá que contactar con la entidad pública de su país destinada para tal fin. A partir de este momento es cuando podemos comenzar el proceso para trasladar nuestra nueva adquisición desde el país de origen al de destino. Existen varios métodos para transportar coches: en barco, avión, camión, grúa, tren… Esa decisión la dejamos para vosotros, pero es evidente que todo depende del coste y de la distancia a la que se encuentra el coche en cuestión.
Realizar los trámites
Esta es, posiblemente, la fase que más quebraderos de cabeza suele generar. Los trámites para poder matricular el coche son algo tediosos, hay que rellenar varios formularios, pagar tasas… Pero con un poco de paciencia todo es posible.
Lo primero que tenemos que hacer es pasar la ITV para revisar que todo en está en orden y que el coche cumple con la legalidad. Si el resultado de la inspección es favorable, el siguiente paso es pagar a Hacienda las diferentes tasas e impuestos correspondientes. En el caso de haber comprado el vehículo a un particular, tendremos que liquidar el impuesto de transmisiones patrimoniales, que suele rondar el 4% del valor automóvil. Si hemos realizado la compra a una empresa no tendremos que pagarlo.
El vehículo tiene que estar también dado de alta en el impuesto de circulación, por lo que tendremos que acudir al ayuntamiento del municipio en el que residimos, pagar una tasa e inscribir el coche a nuestro nombre.
Matricular el coche
Tras realizar todos los trámites y pagos mencionados anteriormente, toca matricular nuestro auto importado. Para ello, tendremos que acudir a la Dirección General de Tráfico para rellenar una serie de impresos y pagar las tasas de matriculación (100 euros por las tasas y unos 15 euros por las placas de matrícula). No olvidéis que en tráfico hay que presentar también los papeles que demuestran la liquidación de los impuestos mencionados, el contrato de compraventa, los papeles del vehículo originales y las fichas técnicas de la ITV. Con esto obtendríamos ya el permiso de circulación para poder conducir libremente nuestra reciente compra.
Llegados a este punto, muchos os preguntaréis: ¿Cuanto cuesta realmente importar un coche? La verdad es que es difícil decirlo, porque es algo que depende de muchos factores. Por poner un ejemplo, traer un coche desde Alemania a España tendría un coste aproximado de 3000 euros.
Como podéis observar, importar un coche es algo complicado y costoso, pero realizando todo de la manera adecuada se puede optimizar mucho el proceso. Además, pocas cosas son tan satisfactorias como conducir un coche que ha costado tanto conseguir, ¿verdad?
