Nick Veasey, un fotógrafo británico, ha pasado varios de los coches más icónicos de la historia por la máquina de rayos X, obteniendo unas imágenes que, además de mostrar los entresijos de estos vehículos, resultan de los más interesantes. Si alguna vez te has preguntado cómo era un coche por dentro, no te pierdas las fotos que dejamos a continuación.
En la radiografía anterior podemos observar la gran importancia que tenía el motor en el Ferrari F40 GTE. Tanto el V8 como el sistema de escape ocupan toda la parte trasera. Por lo demás, el deportivo resulta estar bastante «vacío», algo lógico tratándose de un modelo de competición en el que el peso es un factor que se tiene muy en cuenta.
En el Volkswagen Escarabajo, todo parecía estar muy bien pensado y compensado: la ubicación del pequeño motor en la parte trasera y del resto de componentes mecánicos en la parte frontal dejaba un gran espacio en el centro para los pasajeros. Como el «Beetle» era un coche de pequeñas dimensiones, era necesario aprovechar todos los espacios vacíos. Por esta razón, la batería estaba ubicada debajo del asiento trasero, lo que obligaba a desmontarlo para acceder a ella.
El largo morro del Mercedes 300 SL escondía su motor gasolina de inyección directa de 6 cilindros en línea, del que podemos apreciar, casi con total precisión, la admisión, el cigüeñal y toda la mecánica de la caja de cambios. Los rayos X también permiten ver que el asiento está ubicado casi a ras de suelo, lo que acercaba al conductor a la sensación de estar conduciendo un coche de carreras. Quizás por esto se consideraba a este Mercedes como el primer superdeportivo de la historia.
Finalmente, aunque el vehículo anterior no es un coche, no deja de tener ruedas y un motor y por eso no hemos querido dejar pasar la oportunidad de introducir la imagen en esta recopilación. En esta Harley Davdison está todo más concentrado, pero haciendo un pequeño esfuerzo podemos apreciar diferentes elementos mecánicos con bastante nitidez, como los cilindros y las bielas.