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¿Eran mejores los Rallyes de antes?

¿Eran mejores los Rallyes de antes?

Hace no mucho, un amigo que venía de ver el World Rally Championship en Cataluña me dijo lo siguiente: «Cada año es peor, los coches de ahora van sobre raíles, ya no tiene ninguna emoción». De esta frase se pueden sacar muchas conclusiones, pero creo que la más destacable es la que hace referencia al hecho de que el «progreso» dentro del mundo de los rallyes está reduciendo el entretenimiento. Existe la creencia generalizada de que la evolución tecnológica lleva consigo aspectos positivos, ¿pero es esto siempre aplicable?

WRC 1

Al igual que la curva de utilidad, que establece que hay una relación decreciente entre la variación de la riqueza y la utilidad que los individuos obtienen de ella, podríamos establecer una relación entre la mejora tecnológica de los coches y el entretenimiento de los espectadores. Lo interesante es que, a pesar de que estas dos curvas no tienen ningún tipo de relación entre sí, serían muy similares a simple vista. Esto se traduce de la siguiente forma: al principio, una pequeña mejora suponía un aumento considerable del atractivo y la espectacularidad de los rallyes (un aumento de potencia, por ejemplo). La relación se cumplió durante un tiempo, pero llegó un momento en el que las mejoras tecnológicas coincidían con comentarios tipo «Los coches ahora se conducen solos» o «Los pilotos no son ni la mitad de buenos». Cierto es que se tiende a idealizar el pasado, pero la cantidad de críticos del Campeonato del Mundo de Rallyes no ha dejado de crecer en los últimos años. Y no hablo únicamente de los aficionados más veteranos, ya que hay muchos jóvenes que comparten esta opinión.

WRC 2

La diversidad o más bien, la ausencia de esta, es probablemente otro de los factores que obliga al aficionado a los Rallyes a recurrir al baúl de los recuerdos. Antiguamente, cada prueba era diferente en distancia, duración, terreno, número de participantes… Ahora todas las pruebas se han «unificado» y poseen las mismas características. También han surgido una cantidad ridícula de restricciones y regulaciones (por no decir limitaciones) que reducen considerablemente las opciones de los equipos en aspectos como los neumáticos o el combustible. Si a esto añadimos que el número de marcas y de coches que compiten en el WRC es bastante reducido, llegamos a la conclusión de que está perdiendo «toda la gracia».

Peugeot 205 T16

Supongo que es complicado hablar de este tema sin mencionar al ya mítico Grupo B. Porque si algo está claro es que la gran mayoría de los aficionados y pilotos coincide en que fue una época que marcó un antes y un después en este deporte. Aquellas bestias (no hay otra palabra que defina mejor lo que eran) ponían a prueba a los pilotos, sacaban lo mejor de ellos y ofrecían un espectáculo que, actualmente, es muy difícil de replicar. Pero aquello tenía un coste. Un coste, y con esto estoy de acuerdo, que no merecía la pena pagar. De hecho fueron demasiados los pilotos que perdieron la vida (Henri Toivonen entre ellos). Así, el Grupo B pasó a ser historia llevándose consigo la ilusión y la pasión de muchos de los aficionados de esta competición.

Finalmente, no todo son malas noticias. La tecnología actual nos ha permitido seguir todas las pruebas del WRC desde el sofá de casa, con acceso a toda clase de estadísticas, datos y cámaras. Seguramente habrá gente que valore más este tipo de cosas que otros aspectos. Yo, personalmente, soy de aquellos que no cambiaría por nada del mundo el ver pasar a un coche a toda velocidad por delante de mi en una carretera de curvas mientras disfruto del sonido del motor y el tubo de escape. Eso es algo que, aún habiendo cambiado los tiempos, siempre seguirá igual.

Y vosotros, ¿qué creéis?¿Eran mejores los Rallyes de antes?

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