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Los coches clásicos americanos más icónicos

Los coches clásicos americanos más icónicos

Coches clásicos americanos más icónicos

Estados Unidos es un país que ha visto nacer a grandes leyendas dentro del mundo del automóvil. Las décadas de los 50, 60 y 70 fueron especialmente fructíferas para las compañías norteamericanas que diseñaron, fabricaron y vendieron coches que marcarían un antes y un después dentro de la industria. Así, y con motivo de recordar aquellas impresionantes máquinas, hemos confeccionado una lista con algunos de los coches clásicos americanos más icónicos de la historia. No os la perdáis.

Ford Mustang Fastback 1967

Los coches clásicos más icónicos: Ford-Mustang-1967

Hablar de coches americanos es casi equivalente a hablar del Ford Mustang. Y si hablamos de coches clásicos americanos, sería un pecado no mencionar el Ford Mustang de 1967, una de las joyas del mercado estadounidense (algunos han alcanzado cifras increíbles en alguna subasta de coches). Este icónico modelo está considerado por muchos como el Mustang mejor diseñado de aquella época e, incluso, de la historia. Y resulta complicado no darles la razón, ya que es un bólido que tuvo gran importancia en el desarrollo de la industria local en aspectos tan destacados como el diseño, las prestaciones y la relación calidad-precio.

Chevrolet Camaro SS 1967

Chevrolet Camaro SS 1967

Otro coche que no podemos olvidar si hablamos de la historia automovilística americana es el Chevrolet Camaro, un coche que nació 1967 para hacer frente al Mustang y que, desde entonces, se ha convertido en su rival más directo. El Camaro salió al mercado con la opción de escoger entre diferentes paquetes, pero el más popular e icónico fue el paquete SS que incluía un motor de 6.5 litros V8 de 330 cv. A nivel estético, el Camaro SS resultaba especialmente atractivo y deportivo (tomas de aire en el capó, franjas laterales especiales, logo ss en la parrilla etc.), además de poseer una silueta muy similar a la del Mustang.

Chevrolet Corvette C3 Stingray 1968

Chevrolet Corvette C3 Stingray 1968

Deportivo americano y Corvette han sido sinónimos desde 1953, año en el que uno de los símbolos más destacados de la marca de Detroit vio por primera vez la luz. El Corvette ha pasado por ocho generaciones desde entonces hasta nuestros días, pero la tercera es probablemente una de las más destacadas dentro del panorama de los coches clásicos americanos. El Chevrolet Corvette C3 Stingray, también conocido como «Tiburón», llegó en 1968 y su figura estaba basada en la del Marko Shark II, prototipo que había sido diseñado por Larry Shinoda (diseñador de automóviles que también trabajó en el Ford Mustang). Esta versión ofrecía diferentes opciones de motorización, como el «Small Block» de 5.4 litros y 300 cv o el «427 Big Block» V8 de 7.0 litros y 435 caballos de potencia. Un verdadero cohete.

Dodge Challenger R/T 1970

Dodge Challenger RT 1970

El Dodge Challenger fue uno de los deportivos más populares en EEUU durante los primeros años de la década de los 70, además de formar parte del grupo conocido como los «Pony Car». Su amplia gama de motorizaciones, de modelos (Hardtop, Convertible, R/T y Rallye) y la gran cantidad de extras que ofrecía permitieron que se posicionara como el deportivo de moda. Pero si había uno que destacaba especialmente ese era el Challenger R/T (Road and Track) que desarrollaba 335 caballos gracias a su motor de 6.3 litros, además de equipar suspensiones y frenos deportivos.

Pontiac GTO 1969

Resulta complicado hablar de coches clásicos americanos sin mencionar a los muscle car y, a su vez, es difícil hacer referencia a los muscle car sin nombrar al Pontiac GTO, ya que fue el principal precursor de la categoría. La primera generación de este voluminoso automóvil con aires de Ferrari (heredó las siglas GTO del Ferrari 250 GTO) vio la luz en 1964, pero fue la segunda generación la que se convirtió en un verdadero icono, gracias a la incorporación de la carrocería tipo Fastback y el lanzamiento de las versiones «The Judge» y «Ram Air».

Ford Thunderbird 1955

Ford Thunderbird 1955

El último integrante de esta lista de históricos yanquis es el Ford Thunderbird, el coche clásico americano por excelencia. Fue presentado en el salón de Detroit de 1954 y en 1955 comenzó su comercialización. Bajo el capó escondía un V8 de 4.8 litros y 198 cv, aunque lo más llamativo sea su espectacular y lujosa estética que, a día de hoy, aún sigue levantando pasiones porque, ¿quién no ha soñado alguna vez con tener una perla de los 50′ como esta aparcada en su garaje?

Mejores coches clásicos americanos para restaurar

Mejores coches clásicos americanos para restaurar
Imagen: abcarolditmers.com

Después de leer esta lista, es posible que a alguno le esté viniendo a la cabeza la idea de restaurar un clásico americano al más puro estilo de las películas de Hollywood. No vamos a decir que es una mala idea, porque no lo es, pero sí que es recomendable tener en cuenta algunos aspectos a la hora de embarcarnos en tal proyecto. Lo primero es que, si resides en Europa, la posibilidad de encontrar recambios y piezas se reduce bastante. Este problema es menor para los que nos leéis desde el otro lado del charco, aunque dependiendo del país puede haber más o menos complicaciones. Lo segundo, es elegir el coche adecuado para restaurar. Hay varias opciones, así que vamos a repasar algunas aquí.

Para aprovechar la anterior lista, podemos decir que algunos de los coches de los que hemos hablado son especialmente interesantes a la hora de restaurarlos. El primero es el Ford Mustang, aunque en este caso es mejor centrarse en los que se fabricaron entre 1964 y 1966, ya que hay muchas piezas y recambios disponibles. Lo mismo ocurre con el Chevrolet Camaro del 67, el Corvette del 78, el Dodge Charger de 1968. Otra buena opción es la del Ford Thunderbird, aunque en este caso es interesante poner el foco en los de principios de los años 60. No es un coche fácil de encontrar, por lo que su valor una vez terminado será mayor.

Dejando de lado el lista anterior, es interesante mencionar otros muscle cars que podrían entrar dentro de nuestra lista de «restaurables». Está por ejemplo el AMC AMX de 1968. Su motor de 6.4 litros V8 le permitió posicionarse como rival directo del Chevrolet Corvette. No obstante, las piezas y recambios de este deportivo americano son más difíciles de encontrar (de hecho es probable que no hubieses oído hablar de él nunca), pero esa es parte de la gracia, ¿no?

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