Mónaco es un país que levanta muchas pasiones. Es posible que gran parte de ello se deba a sus casinos, los exclusivos hoteles y la gran concentración de yates atracados en el puerto de Monte Carlo. Pero, si le preguntas a un aficionado al motor por Mónaco, probablemente lo primero que le venga a la cabeza sea el circuito urbano que cada año acoge el GP de Mónaco. Y no es para menos, porque es uno de los circuito más míticos del motorsport.
Historia del Circuito de Mónaco
El Circuito de Mónaco nace prácticamente por casualidad, al igual que el Gran Premio que lleva el mismo nombre. La historia comienza con la fundación del Sport Automobile et Velocipédique de Monaco (SAVM) en 1907. En 1909, Antony Noghès, hijo del Tesorero General del Principado, plantea la idea de crear una prueba automovilística que atrajese a competidores de toda Europa hacia Mónaco. Así, en 1911, decide organizar el primer Rallye de Monte Carlo.
En 1925, los Noghès (padre e hijo), llegan a la conclusión de que el SAVM necesita un nuevo nombre, dada la notoriedad que estaba adquiriendo el club. Así, deciden denominarlo Automobile Club de Monaco, pero con esto no es suficiente. Para que el club fuese reconocido de forma oficial, tenía que ser admitido en el AIACR (el ancestro de la FIA), que se encargaba de la regulación de las competiciones y de las organizaciones automovilísticas. Antony fue el encargado de presentar la solicitud de admisión del ACM en la organización, pero esta fue rechazada, porque las pruebas organizadas por el club se desarrollaban fuera del territorio monegasco. En ese mismo momento, surge la idea de crear un circuito urbano por las calles de Monte Carlo.
La tarea no era fácil teniendo en cuenta que la situación geográfica y las condiciones de la ciudad no eran las más adecuadas para crear un circuito urbano. Pero Antony Noghès no cesa en su intento, inspirado por las carreras entre calles que ya se disputaban en Estados Unidos. Finalmente, el 14 de Abril de 1929, el Principe Pedro de Mónaco inaugura el nuevo recorrido a bordo de un Torpedo Voisin pilotado por Charles Faroux, director de carrera. Dieciséis pilotos participaron en el primer Gran Premio de Mónaco, llevándose la victoria el piloto británico William Grover-Williams, que participó en la carrera con un Bugatti 35B. Por aquel entonces, el circuito tenía una longitud de 3,180 km.
La ciudad de Monte Carlo siguió acogiendo carreras hasta el inicio de la segunda guerra mundial, periodo durante el cual se interrumpieron todos los Grandes Premios. En 1948 se retoma la actividad y en 1950 acoge una de las carreras del primer campeonato del mundo de pilotos. Juan Manuel Fangio, que corría con un Alfa Romeo, ganó esa carrera con una vuelta de ventaja sobre el segundo. A pesar del éxito de la prueba, el Circuito de Mónaco no se convirtió en circuito oficial de F1 hasta 1955, pero desde entonces ha estado siempre en el calendario.
Hoy en día, el trazado Monegasco no acoge únicamente las carreras de Formula 1, sino que también se celebra el Gran Premio de Mónaco Histórico (coches clásicos) y, desde hace unos años, el Monaco E-Prix, una de las pruebas del calendario de Formula E. Lamentablemente, al tratarse de un circuito urbano, solo está disponible para grandes eventos como los mencionados anteriormente, ya que el resto del año los recorridos forman parte de las carreteras abiertas al público de la capital del país.
Evolución del trazado del Circuito de Monte Carlo
En el momento de su nacimiento, el Circuito de Mónaco tenía una longitud de 3,180 km, pero desde los años 50 se han realizado varias modificaciones, aunque la mayoría de poca envergadura.
El primer cambio se realiza en 1952, momento en el que se llevan a cabo diversas mejoras en la curva de Sainte Dévote. Estas modificaciones redujeron la distancia del recorrido hasta los 3 145 metros. Veinte años más tarde, se llevan a cabo importantes obras para construir una nueva sección que conecta la curva «Bureau de Tabac» con el Stade Nautique. También se añadieron 133 metros al recorrido (con lo que el recorrido pasa a medir 3,278 km) después de incorporar una nueva porción a lo largo del puerto.
En 1976 se agregan dos nuevas chicanes: una en Saint Dévote y otra en la salida de la curva de la Rascasse. Esto provoca que el circuito gane 34 metros más. Diez años exactos más tarde, la ampliación de la entrada al «Muelle de los Estados Unidos» permite que se construya una nueva chicane, que alarga el circuito hasta los 3 328 metros.
Finalmente, en 1997 se rediseña de la primera chicane de la zona de «la piscina» y es rebautizada con el nombre de Louis Chiron. El trazado alcanza así los 3,367 km. En los años posteriores, se realizaron cambios de menor importancia, principalmente ligados a las infraestructuras que rodean al circuito. Hoy en día, el circuito mide exactamente 3 340 metros.
Ruta del Circuito de Mónaco
Después de pasar por la línea de salida, los pilotos suben a través del boulevard de Albert 1º y llegan a Saint Dévote, la primera curva de derechas. Es un punto en el que suele haber muchos accidentes. Tras pasar la curva, comienzan la subida pronunciada de Beau-Rivage y enlazan con la curva a la izquierda del Casino. Después descienden girando a la derecha por Mirabeau y empalman con la horquilla de izquierda del hotel Loews. Es el punto más lento de todo el recorrido. Una vez pasado a este tramo, los coches se dirigen hacia la sección de Portier, para así llegar al mar y entrar en el famoso túnel, donde se pueden llegar a alcanzar 300 km/h. Después del túnel viene la chicane del puerto, y tras ella una pequeña recta que termina en una curva a la izquierda conocida como Bureau du Tabac. Después se encuentra la chicane de la Piscine (Louis Chiron) y luego la especialmente complicada horquilla de la Rascasse. El último punto antes de llegar de nuevo al inicio es el giro conocido como Anthony Noghès.
Visitar el Circuito del GP de Mónaco
Como ya hemos comentado antes, no existe la posibilidad de participar en un trackday porque las carreteras son públicas los días en los que no se disputa un Gran Premio. No obstante, siempre podemos ir a ver una carrera de Formula 1 o de Formula E. Ahora bien, prepara la cartera porque los precios en esa época son lo peor.
Como ya habréis imaginado, llegar a Mónaco directamente en avión no es posible, ya que no hay sitio para un aeropuerto. En su defecto, podemos volar en avión a Niza. Desde aquí podemos tomar un autobús (línea 110) que sale cada media hora y que nos acerca hasta el principado en aproximadamente 45 minutos. También podemos alquilar un coche en Niza, que nos costará unos 90 euros por los 3 días que dura el GP o, si tenemos mucha pasta, alquilar un helicóptero que nos acercará hasta el puerto de Monte Carlo en 7 minutos.
A diferencia de otros circuitos, también podemos llegar a Mónaco por mar. Si tienes barco propio y vives en alguna ciudad del mediterráneo, puede ser una opción interesante. Ahora bien, el tamaño de los yates que vas a encontrarte en el puerto no es de este mundo. También existen cruceros que atracan a lo largo de la costa azul, pero cuadrar la fechas con la carrera puede ser una tarea complicada.
La última opción, como siempre, es el coche. La distancia entre Madrid y el principado es de 1 281 km. Con un coche que consume 8 l/100 km y un depósito de 50 litros, el gasto en gasolina sería aproximadamente de 150 euros. A estos hay que añadir 75 euros de los peajes y los 50 del alojamiento de mitad de camino (si es que decidimos parar). En total el coste de llegar a Monte Carlo sería de 225/275 €.
Pero ahora empieza lo bueno. Conseguir alojamiento en el principado un fin de semana de GP no es que sea prohibitivo, es que es una verdadera locura. Nada baja de 200 euros la noche (y aún así esto es un chollo). Hay que tener en cuenta que es un país que resulta muy atractivo para los ricos y que por esta razón los precios son muy muy elevados. Siempre está la opción de hospedarse en Niza o zonas cercanas, pero no es que mejore mucho el asunto. Finalmente, tenemos que sumar el precio de la entradas para ver la carrera, que van desde 60 € el jueves en la tribuna Z1 hasta los 6 000 € del Paddock Club. No es un viaje barato, no, pero seguro que merece la pena.
